(Extractos de un escrito de Zenón Almada – 1952)
Itacurubí era el nombre primitivo de este lugar (pueblo después); fue una compañía de San José de los Arroyos en donde había una imagen de la Virgen del Rosario venerada por todo el vecindario, en un oratorio ubicado en la casa del Señor José María Aguilera.
En el año 1862 se reunieron los vecinos Señor Daniel García, Pedro Aguilera (alias Chantelo), Juan Pedro Aguilera, Luciano Aguilera, Marcelino Aguilera, Aniceto Aguilera, Manuel Antonio Aguilera (alias Lascana), Cayetano Aguilera, Juan Pablo Cáceres, Leonardo Cáceres, Regalado Cáceres, Patrocinio Noguera, Amancio Cubilla y otros, y resolvieron levantar un templo de regular grandeza en otro lugar más apropiado, en donde podría un sacerdote celebrar misa y demás oficios religiosos, especialmente en los días festivos de la Virgen del Rosario, Patrona de la compañía.
El lugar elegido era propiedad de la Señora Isabel Urán, que generosamente había donado el lugar según escritura que se hizo a poco tiempo ante el Juez de Paz de San José.
Con la ayuda de todos los vecinos se procedió a la construcción del templo. Para la construcción del altar se solicitó ayuda del Gobierno, que respondió solicitud de inmediato y envió un arquitecto para la realización de la obra.
La iglesia fue bendecida por el Sacerdote Don Mariano Aguiar ya después de haber terminada la guerra del 65-70. La compañía fue declarada “pueblo” por Decreto de Poder Ejecutivo en el año 1871, siendo entonces Presidente de la República Don Cirilo Antonio Rivarola, dándosele el nombre “Itacurubí de la Cordillera” y fue establecida - por el mismo Decreto - su jurisdicción: la misma compañía Itacurubí, asiento de la Iglesia y otra separada de la jurisdicción de Piribebuy, denominada Angelito Potrero, hoy Potrero Angelito.
La torre de la iglesia fue construida en 1880, con la ayuda del maestro constructor Señor Pedro Aguilera (Chantelo) que era carpintero.
Las primeras autoridades de este pueblo fueron Don Cándido Villasanti y Don José María Urán, Jefe Político y Juez de Paz, respectivamente, nombrados por el Presidente de la República Don Cirilo Antonio Rivarola. Dichas autoridades se desempeñaron con mucha responsabilidad y honestidad. Las autoridades nombradas dividieron la Jurisdicción en cinco compañías: Angelito Potrero, Pirayú, Santa Lucía, Loma Medina, Caaguy Cupé y Cariy, más el radio urbano llamado pueblo.
En 1940 se consiguió lo más necesario, esto es, una vía de acceso fácil a la Capital, como es la Ruta Mariscal Estigarribia, que se libró al servicio público. El adelanto de este pueblo es notable; entre los vecinos hay un entusiasmo por la edificación, pues muy pronto se destruyeron las casas antiguas de techo pajizo, pared francesa, piso de tierra para levantar otras mejores . Felizmente no es tan costosa la adquisición de material para la edificación en este pueblo porque hay canteras y en los alrededores muchas fábricas de tejas y ladrillos.
La apertura de la ruta más la posición topográfica y la vista panorámica maravillosa que posee atrajo a otras gentes de la Capital y otros lugares que muy pronto comenzaron a edificar en el lugar.
A seiscientos metros del plantel de la Iglesia corre el arroyo Yhaguy, palabra tripartita que significa Agua bajo sombra, como lo es efectivamente; sus márgenes están cubiertas de árboles y arbustos en toda su extensión y en su sombra se desliza con una superficie ondulada por el efecto de su corriente veloz. Es un arroyo que produce suave ensueño; parece que nos invitara para bañarnos en su hermosa corriente. Su fondo de arena blanca se divisa al través del agua cristalina, siempre fresca y agradable.
En el año 1871, apenas erigido este pueblo, fue nombrado Don Manuel Cáceres como maestro de niños. Como no había casa escolar, dio clases en el corredor de la Iglesia hasta que se adquirió una casa de diez metros de largo y techo pajizo, pared francesa y piso de tierra. En 1888, año en que se creó en este pueblo la Escuela de Niñas, y se nombró Directora de la misma a la Señorita Consolidación Galeano.
Para funcionar las dos instituciones en una misma casa se adquirió otra más amplia. El mejoramiento del local de la escuela es debido al Director Don Pedro Aguilera, quien se ocupó no solamente de la educación de los niños, sino de la comodidad del local.
En el año 1871, apenas erigido este pueblo, fue nombrado Don Manuel Cáceres de Maestro de Niños. Como no había casa escolar, dio clases en el corredor de la Iglesia hasta que se adquirió una casa de diez metros de largo y techo pajizo, pared francesa y piso de tierra. En 1888, año en que se creó en este pueblo la Escuela de Niñas, nombrándose Directora de la misma a la Señorita Consolidación Galeano. Para funcionar las dos instituciones en una misma casa se adquirió otra de más comodidad.
El mejoramiento del local de la escuela es debido al Director de la Escuela Don Pedro Aguilera, quien se ocupó no solamente de la educación de los niños, sino de su comodidad.
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